Cada uno de
enero,
se desata
una euforia colectiva
de proyectos
que jamás
verán la luz,
de promesas
que nunca
cumpliremos.
Deja pasar
unos días:
los
verdaderos cambios
vienen de
adentro.
Mis amigos dicen que me dedico a vivir del cuento. No he escrito ninguna novela porque me parece un género poco comercial.
Uno de tanto engañarse ya no hace proyectos, que la vida fluya.
ResponderEliminarSaludos
Buena filosofía esa tuya de vivir el presente.
EliminarSaludos.
Hace años que no imagino proyectos, sigo como si nada, como si nunca, como si yo puedo. Un abrazo
ResponderEliminarVivir la vida con la mayor intensidad posible es el único proyecto que merece la pena.
EliminarUn abrazo.
Qué cierto. Es curiosa esa propensión que tenemos a unir sentimientos y propósitos a fechas concretas que pronto olvidamos...
ResponderEliminarUn abrazo!
Por eso se le dice la cuesta de enero: después de tanto soñar despiertos, hay que regresar a la cruda realidad.
EliminarUn abrazo.
Sí.
ResponderEliminarLo del 1 de enero es puro teatro.
Saludos.
Si, al menos, cobráramos entrada.
EliminarSaludos.
Lo haré ;)
ResponderEliminarUn saludillo!
Se llama personalidad.
EliminarUn abrazo.