En la papeleta, se formulaba la siguiente pregunta: «¿Desea usted la jornada única en el colegio?». Por sorprendente que parezca, había una inquietante segunda pregunta que rezaba así: «¿Desea usted que Cataluña sea independiente de España?».
—Lo siento —se disculpó el presidente visiblemente acalorado—, ha sido cosa de mi chiquillo. No me lo podía dejar con nadie. Ya decía yo que estaba muy callado escribiendo.
¡Menuda travesura!
ResponderEliminarEl relato sigue el tópico español: En caso de "pillada" échale la culpa al más pequeño.
Un abrazo.
El aburrimiento afila la creatividad de los más pequeños. Sólo falta que el nano de esta historia se llame Arturito Mas.
EliminarUn abrazo.
Jajajaja! Qué aburrimiento con la dichosa preguntita...cualquier momento y lugar les parece bueno para hacerla!
ResponderEliminarYa ves la payasada que se me ocurrió mientras votaba por la jornada única en el colegio de mis hijos. Seguro que tú la transformarías en un buen cuento de terror.
EliminarUn abrazo.